jueves, 20 de octubre de 2011

Un atardecer fugaz.

Poco a poco la tarde caía,
se desvanecía el día y yo seguía aquí, de pie junto al ventanal.
No se si era un lunes, podría haber sido un miércoles
la verdad no lo sabía ni me interesaba, simplemente seguía contemplando el bello fallecer del sol.
De pronto caí en la cuenta que pasaba algo a mi alrededor,
no podía comprender, pues no podía pensar mucho menos analizar lo que sucedía
ya que el pánico dominó mi descuidado cuerpo y no supe más que hacer.

De pronto, apareció ese ser que tanto detestaba,
que me visitaba y me arropaba cada vez que la luz se desvanecía,
ese ser que tanto me amaba y que no me daba ni un momento de paz.
Desesperado, daba gritos sin control
aruñaba las paredes y me de golpes con un bastón,
La Oscuridad poco a poco empezó a reinar en mi desolada habitación
y mis ojos se desorbitaban por el terror que en mi empezaba a reinar,
cuando...
la vi, parada frente a mi,
con los brazos largos y delgados como las ramas del árbol seco que esta punto de caer,
dedos finos, delgados y pálidos,
su cabello liso y negro, que cubría su pálido rostro
iluminado con la luz de la luna para darle un toque más macabro del que mi corazón podía soportar,
en su rostro, ojos blancos como la niebla en el amanecer
de piel suave y delicada,
pero con una sonrisa diabólicamente maquiavélica dibujada en V,
se aproximaba hacía mi,
de cuerpo maltratado, cubierta por una tela transparente
dejando su pálida desnudes completa que me incitaba a la lujuria
que hacia que mi mente escarbara entre mis negras fantasías
y deseara que la poseyera con mis deseos lascivos reprimidos.
Ver sus pechos libres,
hizo que tuviera una erección instantánea
aún cuando mi corazón poco a poco dejaba de latir.

Yo, en medio de mi habitación
muriendo me de terror, con cierto deseo de hacer el amor
no podía para de jadear,
no podía para de desear.

En un abrir y cerrar de ojos todo mi alrededor estaba cubierto de una espesa negrura
contrastando con el brillar pálido de mi invasor,
caí de rodillas y me dispuse a llorar...
Escuche un grito estremecedor que me congeló la sangre
y me hizo levantar de golpe,
solo para verme frente a frente con tan horrible ser seductor,
la vi a los ojos y ella vio mi alma,
entendí su furia, comprendió mi dolor.

Sudando y mi corazón acelerando,
mi pulso cada vez se sentía mayor
no podía detener mi extasiado humor, que en un momento de locura
comprendí con cordura porque ella estaba para mi,
con una desbordante sonrisa, carcajee a todo pulmón
y sabía que ella estaba ahí, por mi...

Me enamoré y un espeluznante frío llegó a mi ser,
y entonces la vi, mi rosa de metal
mi regalo de amor para ella,
sabía que vivo no podría estar con ella,
y que ella así no podía estar conmigo
así que la eleve,
un frío metálico en mi sien,
una risa horrosa en mi rostro,
a una explosión de emoción de mi amor...

Y la entrega fue total...
Mi alma se desprendió de su prisión
y el rojo carmesí cubrió mi santo lugar.
.....
      ......
             .......

Ahora puedo andar libre, sin restricción sin limitar...
Soy libre, pero sin emoción,
tengo a mi amada, pero sin amor...
Solo soy una pobre alma, que nuevamente desea poder sentir...
El abrazar del Sol.




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